Liquidámbar (Liquidambar styraciflua L.)

Quizá sea uno de los árboles más llamativos por la variedad de colores que adquieren sus hojas en otoño. Las encontrarás de colores anaranjados, rojos, violetas o púrpuras, dependiendo de la variedad, y más intensos si la temperatura del otoño ha sido baja.

Aunque en el este de Norteamérica, su lugar de origen, y también en América central se utiliza como árbol forestal por la calidad de su madera, en Europa se introdujo como ornamental en el siglo XVII.

Sus hojas puede que te recuerden a las del arce. Fíjate bien, éstas tienen un peciolo o rabillo bastante largo y además sus semillas aunque también son aladas, están dentro de una cápsula globosa pinchuda. Cuando ésta se seca en otoño se abre, y deja que sea el aire el que transporte las semillas.

La traducción aproximada del nombre científico de este árbol sería “ámbar líquido rico en sustancias gomosas”, ya que de su corteza se extraía un líquido que hervido y prensado se utilizaba como bálsamo en medicina y perfumería, algo que ya conocían los nativos americanos.