Palmera canaria (Phoenix canariensis Chabaud)
Si has viajado a Canarias, quizá hayas visto barrer las calles con las palmas u hojas compuestas de esta planta. Es una especie que allí crece de forma natural, una especie endémica que aquí la encontramos como ornamental.
Es una especie dioica, en la que los pies femeninos y masculinos se encuentran separados, por lo que si este ejemplar es femenino podrás encontrar un conjunto de pequeños dátiles, que en su lugar de origen reciben el nombre de támaras. Son de sabor amargo, y más pequeños que los de la palmera datilera por lo que no se comercializan y se suelen emplear allí, para dar de comer sobre todo a los cerdos.
¿Has oído hablar del guarapo? Se trata de la savia que extraída de forma artesanal se utiliza para elaborar una especie de sirope o como allí la denominan, miel de palma. El guarapeo es una técnica ancestral que ya solo se realiza en la Gomera. Se cortan las hojas jóvenes y centrales de la palma y colocando un canalillo se va recogiendo la savia que una vez cocida va espesando y endulzando, y con la que se elaboran postres, bebidas y platos típicos canarios. La explotación puede extenderse 4 o 5 meses pero la palmera no podrá volver a sangrarse hasta 3 o 4 años después.