Palmera excelsa (Trachycarpus fortunei (Hook.) H. Wendl)
Su origen se encuentra en las montañas de la zona central y oriental de China, en alturas superiores a los 2.000 m. No obstante, se adapta tan bien y resiste tanto el frio como las altas temperaturas, que en el Lago Mayor entre Italia y Suiza se ha convertido en una planta invasora.
Fíjate en el aspecto peludo de la estructura que le sirve de soporte. Está compuesta por los restos de las hojas que ha ido perdiendo y forma una especie de fibra que lo aísla y protege. Te extrañara que no le llamemos tronco y la razón es que no lo es. En botánica se denomina estípite y se diferencia de un verdadero tronco en que no tiene las células que le permiten crecer a lo ancho y formar madera, y tampoco produce ramas laterales. El estípite de esta palmera crecerá quizá hasta alcanzar los 12 m, pero conservará su anchura actual.
Es una especie dioica, es decir con pies masculinos y femeninos separados. En estos últimos, sus flores parecen mazorcas amarillas y producen unos frutos pequeños y rugosos que dieron lugar a su nombre científico: trachys (áspero) y carpus (semilla).
Otro de los nombres que recibe es palmito elevado, por tener cierta similitud cuando es joven con el palmito (Chamaerops humilis L.). Sin embargo, en la palmera el peciolo de sus hojas no es espinoso sino aserrado y más corto que el del palmito.