Roble americano (Quercus rubra L.)
Te encuentras ante un roble exótico, procedente del este de América del Norte y que se introdujo en Europa en el siglo XVIII. Seguramente lo habrás encontrado naturalizado en algunos de nuestros bosques, ya que a menudo se ha cultivado en plantaciones forestales como sustituto del roble carballo, debido a que su crecimiento es bastante más rápido que el de aquel.
Lo distinguirás fácilmente del resto de los robles europeos si te fijas en los lóbulos puntiagudos de sus hojas, que a su vez se asemejan bastante a otra especie americana, el Quercus palustris, de hoja más estrecha y que también se utiliza como ornamental.
El color que adquiere en otoño, de un rojo vivo en los ejemplares más jóvenes, se torna amarillento y pardo en los más viejos. Son precisamente esas tonalidades las que convierten a este roble en una especie apreciada en ornamentación. ¡Fíjate en la multitud de guirnaldas y adornos navideños en los que se utilizan sus hojas!
Las bellotas maduran el otoño del año siguiente al que ha florecido, cayendo hacia octubre. Si tienes alguna a mano, comprobarás que son bastante más grandes y redondeadas que las del resto de robles. Y la cúpula, es decir la especie de caperuza o cascabillo que cubre el fruto, es también más achatada.