Tilo común / Tilo de hoja grande (Tilia platyphyllos Scop.)
Esta especie de hojas acorazonadas y grandes necesita un clima húmedo y fresco. En la naturaleza suele aparecer aislada, acompañando a serbales, hayas, avellanos y arces.
En pueblos y ciudades es habitual encontrarlo en bordes de paseos sobre los que proyecta la sombra tan ansiada en verano. Si has paseado al atardecer bajo sus copas, habrás notado sin duda el olor perfumado y dulzón de sus flores, que sabrás identificar inmediatamente, si alguna vez has tomado una tila.
La conocida infusión es un sedante natural, un remedio para calmar los nervios, que se obtiene de las flores y brácteas del tilo. Las brácteas son esa especie de lengüeta a la que verás pegada
la flor y posteriormente el fruto que en esta especie se caracteriza por tener 5 costillas o suturas que lo recorren.
Poniendo en remojo la corteza interior, antiguamente se obtenían fibras que se utilizaban para fabricar sogas y cuerdas. ¿Te suena la noticia del hallazgo de Ötzi, la momia del cazador del neolítico que murió asesinado en los Alpes italianos hace más de 5.000 años y cuyo cadáver se encontró en 1991? Se pensó que las fibras halladas junto al arco fabricado en tejo estaban trenzadas con fibras de tilo. ¡Sorpresa! Posteriores análisis han determinado que eran tendones de animales.